Mujeres Buscando

En la era de la globalización en la cual a un clic de la computadora podemos acceder a una cantidad de información que nuestra mente es incapaz de absorber, es casi inconcebible pensar que no podamos encontrar las respuestas que estamos buscando. ¿Por qué? ¿Si pareciera estar todo ahí al alcance de las manos? ¿Por qué muchas veces buscamos y no encontramos? ¿Estaremos buscando en el lugar correcto? ¿Nos habremos hecho las preguntas correctas? ¿Será que no estamos oyendo las respuestas? ¿O será simplemente que el camino de la mujer buscadora esconde algunos secretos que aun tenemos por develar?

Tolerar el vacío, sostener el silencio, ser consciente de no saber, estar receptivo a las señales, en general no son comportamientos que nuestra cultura valore o fomente. Sin embargo estos comportamientos que parecieran no ser compatibles con el voraz ritmo de la vida moderna tienen la llave para abrir un tesoro. El tesoro de la conexión con nuestra alma. Este puente con nuestro ser interior se construye de a poco, con mucha paciencia, cuidado y sobre todo con mucho amor y sin juicios. Una vez que el esbozo del camino esté trazado, de a poco surgirán los indicios, las señales, las “casualidades”, que nos irán dando pistas, que nos guiarán por donde seguir.

Hay que confiar. Confiar que los caminos no se trazan sólo por que los planeamos, por que analizamos todas las opciones y evaluamos cual era lo mejor para nosotras o por que racionalmente elegimos ir para cierto lugar, o tomar cierta decisión. Por que quizás es justamente ahí donde empezamos a perdernos y donde pareciera ser que nunca encontramos lo que buscamos. Hay caminos que se hacen por que dentro nuestro sentimos que no tenemos más opción que ser nosotras mismas. Ser “esa” mujer mas allá de lo que digan nuestras parejas, nuestros padres, nuestros compañeros de trabajo, nuestros hijos, nuestras amigas o nosotras mismas.

Les puedo asegurar que en ese exacto momento en que sostenemos “no saber”, es en ese instante donde los análisis parecen llegar a su fin…si estamos atentas y hemos hecho las preguntas correctas, es muy probable que allí estemos a punto de encontrar indicios de respuestas, rastros de nuestro ser mas profundo, y como diría Clarissa Pinkola Estés de nuestra “mujer salvaje”.